Cuando compramos flores de CBD u otros productos derivados del cáñamo, a veces es fácil olvidar que provienen de una planta que es, en sí misma, un entorno vivo. Sobre ella y a su alrededor conviven distintos organismos que forman parte de su desarrollo natural. El equilibrio de esa vida es fundamental en su desarrollo, pero a veces se enfrenta con organismos que no son tan beneficiosos. Entre los desafíos más habituales están las enfermedades causadas por hongos, que pueden aparecer sin previo aviso y avanzar rápidamente si encuentran el entorno adecuado. ¿Qué hacen los cultivadores expertos en esta situación?
Por qué los hongos son uno de los principales riesgos para el cultivo de CBD
Los hongos representan uno de los riesgos más frecuentes porque se desarrollan con facilidad cuando las condiciones lo permiten. No necesitan grandes errores para aparecer. Basta con exceso de humedad, poca circulación de aire o tejidos vegetales muy densos para que encuentren un lugar donde crecer.
Además del daño visible en hojas y flores, las enfermedades fúngicas afectan la calidad del material vegetal. Pueden alterar su su estabilidad y su seguridad, algo especialmente sensible cuando se habla de CBD. Por eso, los hongos no se consideran una de sus amenazas más importantes.
Por qué aparecen hongos en el cáñamo
Los hongos forman parte del entorno natural y están presentes en el aire, el suelo y las superficies. El problema surge cuando las condiciones les favorecen más a ellos que a la planta.
Ambientes húmedos durante periodos prolongados, espacios cerrados con poco movimiento de aire y zonas donde las hojas se acumulan o se mantienen mojadas crean el escenario perfecto para su desarrollo. En estos casos, el hongo deja de ser un visitante ocasional y se convierte en una plaga que amenaza a la planta completa. El estado general de la planta también influye. Una planta debilitada o sometida a cambios bruscos suele ser más vulnerable a este tipo de enfermedades.
Hongos comunes que afectan al cannabis
Las enfermedades fúngicas que afectan al cannabis no son exclusivas de esta planta. Muchos de los hongos que la atacan también aparecen en otros cultivos, lo que ha permitido estudiarlos con mayor profundidad.
Entre los más conocidos se encuentran:
- Moho gris (Botrytis): suele desarrollarse en tejidos densos y húmedos, afectando especialmente a flores. Puede avanzar sin ser detectado hasta que el daño ya es visible.
- Oídio: se manifiesta como un polvo claro sobre hojas y tallos. Aunque al inicio puede parecer leve, puede extenderse con rapidez si el entorno lo favorece.
- Hongos asociados a pudriciones: afectan distintas partes de la planta cuando las condiciones de humedad y ventilación son inadecuadas.
Cada hongo se comporta de forma distinta, responde a condiciones específicas y requiere enfoques diferentes. Por eso, conocer cómo actúa cada uno es clave para poder prevenir su aparición y saber cómo abordarlo cuando surge.
Cómo prevenir hongos en el cultivo de CBD
La prevención es la mejor estrategia cuando se habla de hongos dañinos en el cáñamo. En lugar de esperar a que aparezcan, los cultivadores buscan crear un entorno donde estos organismos tengan dificultades para desarrollarse. Esto no implica eliminar toda la vida microscópica, sino mantener un equilibrio donde la planta pueda crecer sin que los hongos se conviertan en un problema dominante.
Control del entorno para prevenir hongos en CBD
Las condiciones del entorno en el que se cultivan son la clave de la prevención de enfermedades fúngicas. La principal es la humedad. Los cultivadores buscan que el agua no se quede durante horas sobre hojas, tallos o flores, y que cualquier superficie mojada tenga tiempo de secarse antes de que vuelva a acumularse humedad. También prestan mucha atención a cómo se mueve el aire en el espacio donde crecen las plantas. No basta con que haya aire, sino que este circule constantemente y llegue a todas las zonas, especialmente a aquellas donde las hojas están más juntas.
Controlar ese espacio es otro punto fundamental. Cuando las ramas y las hojas están demasiado apretadas, se crean rincones cerrados donde la humedad se queda atrapada, y ahí es donde los hongos suelen empezar. Por último, se cuida el estado general del lugar, retirando hojas dañadas, restos vegetales o material húmedo que se acumula con el tiempo, porque esos residuos suelen convertirse en el punto de entrada perfecto para una infección.
Control biológico de enfermedades fúngicas en el CBD
Además del entorno, existe la posibilidad de apoyarse en otros microorganismos dentro de la planta. En ese entorno conviven bacterias y hongos que ocupan espacio, consumen recursos y se relacionan entre sí. Algunos de ellos dificultan que los hongos dañinos se instalen porque llegan antes, se adhieren a las mismas superficies o simplemente no les dejan espacio para crecer.
Otros microorganismos influyen de una forma menos visible. Interactúan con la planta y hacen que responda mejor cuando aparece un hongo, reforzando sus defensas naturales. Por eso, es importante aclarar que el objetivo no es acabar con toda la vida microscópica en la planta. Al contrario, una comunidad activa y diversa alrededor de la planta puede convertirse en un entorno que fortalece al cáñamo y limita el avance de microorganismos dañinos.
Qué hacer cuando aparecen los hongos en el CBD
La prevención siempre es la estrategia ideal, pero incluso las mejores técnicas pueden fallar cuando se trata de organismos vivos. Si esto ocurre y aparecen hongos, no todo está perdido. Lo importante es empezar por contener el problema para que no avance.
Cuando un cultivador detecta un hongo, lo primero que hace es retirar las partes afectadas. Las hojas, flores o zonas donde el hongo ya está presente pueden ser un riesgo para el resto de la planta e, incluso, del cultivo. Ese material se separa y se desecha, evitando que quede cerca de plantas sanas.
Después, es importante observar si el hongo apareció solo en una planta o si empieza a repetirse en varias. Cuando el problema está localizado, se aísla esa planta del resto siempre que sea posible, para reducir el riesgo de que las esporas se dispersen. Pero si ya hay varios puntos afectados, el foco pasa a ser frenar la propagación general.
Por último, es importante analizar las condiciones de aparición del hongo para corregir lo que permitió que surgiera y reforzar las estrategias de prevención con el resto del cultivo.
Hongos benignos en el CBD
No todos los hongos son perjudiciales. Algunos forman parte natural del ecosistema de la planta y no causan daño mientras el equilibrio se mantenga. Estos hongos conviven con el cannabis sin afectar su desarrollo y, en algunos casos, incluso participan en procesos beneficiosos.
Distinguir entre hongos dañinos y hongos benignos ayuda a evitar intervenciones innecesarias y a comprender que la presencia de microorganismos no siempre es sinónimo de problema.
Mirar los hongos y el CBD desde una perspectiva más amplia
El cultivo de CBD ocurre en medio de una convivencia constante con otros organismos. Algunos ayudan, otros compiten y otros se convierten en problema cuando el entorno se desequilibra. Las enfermedades fúngicas forman parte de esa convivencia. Por eso, además de pensarlas como un problema a prevenir, también pueden ser un recordatorio de la vida que hay detrás de las flores CBD, del cuidado profundo que cada cultivador pone en su cultivo y de la diversidad increíble del mundo del cannabis y el CBD.
Referencias
Gwinn, K. D., Leung, M. C. K., Stephens, A. B., & Punja, Z. K. (2023). Fungal and mycotoxin contaminants in cannabis and hemp flowers: implications for consumer health and directions for further research. Frontiers in microbiology, 14, 1278189. https://doi.org/10.3389/fmicb.2023.1278189
