La vida se expresa a través de la diversidad. Incluso dentro de una misma especie, pequeñas variaciones dan lugar a resultados distintos. En el cáñamo, esas diferencias se reflejan en el aroma, la estructura, el perfil de cannabinoides y el comportamiento de cada planta. ¿Alguna vez te has preguntado de donde viene toda esa diversidad? Lo cierto es que la mayoría de las variedades de flores CBD que conocemos han sido cuidadosamente diseñadas por sus cultivadores a través de cruces y selección. ¿Cómo se logra crear una nueva variedad de CBD?
Qué es un cruce de plantas
Empecemos hablando del momento clave del proceso: cuándo se cruza una variedad con otra para obtener una completamente nueva. Esto ocurre cuando el polen producido por una planta macho entra en contacto con las flores de una planta hembra y transfiere su material genético, dando lugar a semillas cruzadas. Cada grano de polen lleva información genética y, al unirse con la de la planta hembra, genera una combinación nueva y única en cada semilla.
Lo que se controla en este proceso es qué planta aporta el polen, qué planta lo recibe y que no intervenga polen de otras fuentes, ya que cualquier contaminación haría imposible saber qué genes se han combinado. El resultado es una mezcla de semillas, cada una con una mezcla genética distinta, a partir de la cual se pueden continuar haciendo mezclas hasta llegar al objetivo.
El resto del proceso es lo que ocurre antes y después de ese cruce, y allí es donde está realmente la clave para crear una nueva variedad de flores CBD.
Antes de tocar una planta: seleccionar las variedades
El proceso inicia antes de siquiera tener las plantas. Esta es, quizá, la parte más importante del camino. Llegar hasta una nueva variedad puede tomar mucho tiempo y exige mucho esfuerzo, así que planificar desde el inicio es importante. Cuando la ruta es clara, cada decisión a lo largo del proceso será más eficiente.
Selección de los objetivos de la nueva variedad de CBD
Antes de cualquier cruce o selección, es importante tener claro cuáles son los objetivos. Por ejemplo, un perfil de cannabinoides particular, un perfil de terpenos o incluso características específicas de la planta, como su estructura o su comportamiento en el cultivo. Eso ayuda a plantear una ruta más clara, y también a investigar si todavía no se ha hecho algo parecido. Es posible que ya exista una variedad con las características que buscas y, en ese caso, quizá tenga más sentido dedicar esfuerzo a entenderla y cultivarla que a intentar recrearla desde cero. Si no la encuentras, o si la idea es vivir la experiencia de crearla, entonces ya tienes una brújula para pasar a la siguiente decisión: con qué variedades trabajar.
Seleccionar las variedades madre
Aquí la clave está en acercarte lo más posible al resultado final desde el punto de partida. Por eso el paso anterior importa tanto: si sabes exactamente qué rasgos buscas, puedes elegir variedades que ya muestren señales claras de esos rasgos. Al elegir, es posible que tengas claro un perfil de cannabinoides o un aroma particular, pero también considera detalles como la regularidad del desarrollo, la consistencia de sus semillas y su fortaleza. Estos aspectos podrían hacer mucho más facil el proceso de cultivo y cruce.
Control del entorno de cultivo
El lugar donde ocurre el cruce es fundamental por distintos motivos. A medida que se manejan plantas macho y hembra, se vuelve esencial poder mantenerlas organizadas y aisladas, para que los cruces ocurran de forma intencional y sepas exactamente qué genética estás combinando.
El polen viaja con facilidad y puede moverse con el aire, por lo que el control de la ventilación es clave para lograr un aislamiento real. Entre más control tengas sobre el entorno, más probabilidades tendrás de llegar al objetivo.
Después del cruce: Cuidar la salud de tu planta
Una vez que el polen de tu planta macho ha entrado en contacto con tu planta hembra y el cruce se ha dado, lo que sigue también es fundamental.
Cuidar a una planta siempre es importante, pero en este caso es aún más importante porque estás acompañando un material genético único. Esa primera planta hembra es la única capaz de acercarte al objetivo que planteaste para tu variedad de CBD. La clave del cuidado está en la estabilidad: evitar cambios bruscos en el entorno, observar con atención su estado general y mantener condiciones lo más constantes posible para no añadir estrés. Ante todo, el secreto de los cultivadores expertos es la paciencia y la observación.
Continuar cultivando hasta dar con la variedad CBD perfecta
Una vez que tengas las semillas de tu cruce, el proceso debe repetirse desde el inicio. Cada una de esas semillas tendrá propiedades distintas: algunas estarán más cerca de tu objetivo y otras más lejos. Lo que sigue ahora es volver a seleccionar las más cercanas, y seguir trabajando con ellas generación tras generación hasta que puedas decir que hay consistencia en las características de las plantas que tienes.
Cuando, después de mucha repetición, las plantas empiezan a parecerse entre sí en los rasgos que buscabas, es una señal de que esa variedad ya tiene una identidad clara. Si llegas a ese punto de consistencia, felicitaciones: has logrado crear tu propia variedad de CBD. ¡Es hora de nombrarla!
Precauciones al crear una nueva variedad de CBD
Las plantas nuevas pueden comportarse de forma impredecible, mostrar más sensibilidad a cambios del entorno o reaccionar de manera distinta a lo esperado, por lo que la observación constante y el cuidado del equilibrio del cultivo resultan clave, incluso más que en un cultivo normal.
Por otro lado, ten en cuenta la normativa vigente. El cultivo de CBD es legal siempre que las plantas mantengan un contenido de THC inferior al 0,2 %, por lo que es fundamental partir de semillas de variedades que ya cumplan con este requisito y vigilar que ese perfil se mantenga estable con el tiempo. Además, es importante recordar que la legislación puede variar según el país o la región, así que antes de iniciar cualquier proyecto, es clave informarse bien sobre las leyes de cultivo vigentes en el lugar donde se hará.
El trabajo que hay detrás de cada variedad de CBD
Que este proceso exista ya es una maravilla: de dos plantas pueden nacer semillas que abren posibilidades a variedades únicas nunca antes vistas. Pero crear una nueva variedad de CBD es un proceso que exige atención constante y mucha paciencia.
Por eso, al comprar CBD, lo que llega a tus manos es el resultado final de un trabajo largo: observación, cuidado, selección y experiencia acumulada. Gracias a ese esfuerzo paciente y meticuloso, hoy es posible disfrutar de una gran diversidad de flores CBD que reflejan el conocimiento y la dedicación puestos en cada etapa del cultivo.



